Fascia y Tensegridad

La fascia es un sistema tensegrítico ajustable, organizada en un espacio a través de todo el cuerpo y es quien regula a nivel local y global la biomecánica de tensión y compresión.

Todas las estructuras mantienen la cohesión por un equilibrio entre tensión y compresión, una tensión continua alrededor de una compresión localizada. La miofascia constituyen una red continua de tensión, que se ajusta, alrededor de cada hueso, cartílago, órganos y músculos los cuales ejercen un empuje centrífugo sobre esta membrana fasciales tensas. Se puede decir que los tejidos más duros y los sacos presurizados flotan en esta red de tensión, lo que conduce a la estrategia de ajustar el componente de tensión para modificar cualquier desalineación de los huesos.

El equilibrio de tensiones determina la forma, a su vez, el ideal equilibrio fascial va a otorgar una economía de función absoluta. Esta forma de tensegridad fascial está animada por el complejo sistema nervioso, el cual ajusta a la misma a través de los músculos y otros factores que se desarrollarán a continuación, como son los mecanismos contráctiles de la fascia, esta red en movimiento nos mostrará todas las formas posibles del cuerpo.

El mejor equilibrio fascial no solo podría responder a la mejor función sino según Langevin; 2006: que al igual que el sistema nervioso y circulatorio el sistema fascial desarrollaría mecanismos sensoriales para responder a la homeostasis corporal.

“Un incremento de la tensión de uno de los componentes resulta de un aumento de la tensión de los componentes de toda la estructura, incluso de aquellos que se encuentran en el lado opuesto” Ingber; 2008.

Las estructuras tensegríticas muestran resiliencia, volviéndose más inflexibles y rígidas  (hipertónicas) a medida que aumenta la carga a las que están sometidas.

Si una estructura tensegrítica está cargada previamente, especialmente si están estirados los componentes ténsiles (pretensión), la estructura es capaz de soportar una carga mayor sin deformarse Myers; 2010. Esta mayor tensión permite soportar una mayor carga sin deformarse, mecanismos de adaptación o remodelación, permitiendo a la fascia prepararse “pretensión” para poder soportar una mayor cargas de tensión.

Con este concepto nos debemos replantear muchas de las actividades que hacemos para la preparación física y cuántas de estas están se correlacionan con el desarrollo funcional del ser humano.